Redacción Central | Puerto Victoria
En estos momentos nuestra nación vive un momento único en su historia, presumiblemente irrepetible. El discurso del Presidente de la República del pasado miércoles, 2 de junio, fue un intento por parte de la cabeza del Estado para que las distintas fuerzas políticas del país se pusiesen a trabajar e iniciaran las ansiadas reformas políticas, entre las que se encontraban la finalización de los nuevos espacios web y la modernización de la administración con la apertura de una Oficina del Ciudadano y Extranjero que los ciudadanos y forasteros seguimos esperando.
Con la inactividad política de nuevo planeando sobre el techo de la Asamblea Popular, el Jefe del Estado se ha presentado sin previo aviso ante la Cámara en su sesión ordinaria de los martes y ha pedido su intervención en el transcurso del debate. Con su llegada al estrado, el Jefe del Estado ha declarado lo siguiente:
''Se acabaron los avisos y la tolerancioa por parte de la Jefatura del Estado, Los ciudadanos piden reformas y acción política y me veo en la obligación, como representante de todos los ciudadanos de esta nación, de llevarlas a cabo si ustedes, asambleistas, no pueden realizarlas. De este modo, decreto la disolución de la Asamblea Popular del Estado, en virtud de los poderes que me otorga la Constitución de la R.D. de Cantabria, por un tiempo indefinido y asumo la responsabilidad política que en esta situación política me es inherente: la acumulación del poder ejecutivo y del Estado''
Con estas palabras, queridos lectores, el Presidente de la República ha disuelto la Asamblea Popular del Estado en su I Legislatura y ha asumido el control de la nación.
Seguimos informando.